Las afirmaciones positivas tienen su origen en el descubrimiento de Emile Coué (1857-1926), psicólogo y farmacólogo de origen francés, padre del condicionamiento aplicado, que reconfortaba a sus clientes en su botica alabando todos los medicamentos que les recomendaba, y acompañaba éstos con textos escritos llenos de mensajes positivos. Se dio cuenta de que, si lo hacía así, funcionaban mejor que si no lo hacía. Es decir, el medicamento tenía mejor efecto en la persona a la que había predispuesto con las bondades del producto, que al que no lo había hecho.
Además, animaba a repetir 20 veces al despertar y 20 veces antes de dormir, la frase:
“Tous les jours, à tous points de vue,
je vais de mieux en mieux”
“Cada día, desde todos los puntos de vista,
voy de mejor en mejor”.
De esta manera, consiguió mediante la autosugestión que todos ellos cambiaran su pensamiento inconsciente y mejorasen. Incluyó en sus vidas una frase, a modo de mantra sencillo, con un efecto poderoso. Se dió cuenta además, que las frases positivas eran útiles para todo, no solo en la enfermedad sino en cualquier dificultad que la persona tuviese.
Pero profundicemos un poco más y veamos cómo funcionan
Las afirmaciones son básicamente frases positivas de autosugestión que ayudan al subconsciente de forma eficaz. Poco a poco, estas palabras repetidas en voz alta se van instalando, y van penetrando en nuestro cerebro como pequeñas semillas que vamos sembrando, y que van creando en nosotros un cambio a nivel mental y emocional, formando nuevas estructuras neuronales que nos hacen abandonar pensamientos negativos y demoledores que nos invaden en estados depresivos o ansiosos, dejando paso a pensamientos llenos de optimismo y claridad que nos enfocan en lo mejor de nosotros mismos.
Quizás estos pensamientos positivos no tienen la facultad de cambiar nuestra situación de repente, pero sí nos hacen más fuertes frente a la adversidad, la tristeza, la melancolía, la nostalgia, la ansiedad y el nerviosismo. Nos hacen ser capaces de transformar la manera en que percibimos las situaciones y las interpretamos. Cambiamos nuestra forma de ver la vida, rompemos moldes y creencias limitantes y nos hacen desarrollar una mente positiva llena de fe en nosotros mismos.
Desde el momento en que comenzamos a usar estas afirmaciones estamos consolidando patrones de pensamiento positivos creando una nueva realidad. Estamos creando un presente desde la felicidad. Si tú lo crees, funcionará.
Cómo las llevo a mi vida
Primero siente qué áreas de tu vida debes mejorar, quizás quieras sentirte más feliz, más seguro, sentir más gratitud por todo lo que te rodea o simplemente sentir que estás bien.
Siente qué frases podrían ayudarte a vivir mejor tu presente y formúlalas en tiempo presente y de forma audible, esto es importante. Lo que pidas debe estar en armonía con el bien, la verdad y el amor. No deseéis nunca el mal a nadie, aunque lo hagáis de forma positiva. Siempre serán para nuestro bien y lo haremos con fe. Si tu crees que esto funciona, funcionará. Es la fuerza de creer, querer y proponérselo.
Se puede aplicar al campo de la salud y de la productividad, pero también a cualquier campo de nuestra vida.
Te dejo algunos ejemplos:
Confío en mí misma/o. Me siento bien siendo quien soy.
Vivo en el presente, doy gracias por el pasado, confío en lo que ha de venir.
Gracias por que cada día estoy mejor, y mejor.
Merezco el amor y lo atraigo a mi vida
Todo va cada día mejor
Tengo salud, me siento bien, soy feliz.
Atraigo a mi vida todo lo bueno
Me acepto
Acepto mi cuerpo, me cuido, me presto atención, me amo tal y como soy
Duermo profundamente y en paz, y me despierto lleno de vitalidad y energía.
Todo mi cuerpo está sano, reboso salud y energía
Repite tus afirmaciones al menos 20 veces al despertarte y 20 veces antes de ir a dormir, en voz alta, en tiempo presente.
Mantén viva tu intención sintiendo en todo momento que estas sembrando lo que deseas para tu vida. Hacerlo está transformando ya tu mente, tu cuerpo, tu salud, tu forma de vivir y de actuar.
Solo me queda decirte que estos cambios son para siempre, ahora solo te falta recoger sus frutos.
Rocio Peláez